martes, 11 de marzo de 2008

lunes, 10 de marzo de 2008

Sin Lugar para los olfas

Este fin de semana, vi la ultima película de los hermanos Coen.
Me habían dicho antes (creo que fue Emilia, la persona con la cual compratí el film) que se decía que la peli estaba buena, pero que la cagaban al final...

Hoy venia en el colectivo para el trabajo y un flacucho que se había acomodado medio auricular de su mp3 como vincha para poder dialogar, también decia que la película le habia gustado pero que no entendía porque terminaba asi, qu ele quedaban cosas sueltas, sin explicar. Parecía como que ese final lo había fatigado.

Si se ponen a pensar, esta discordia no esta fundada en mucha ciencia. Mas que nada es un trastabillar del "Happy ending", un cambio en lo que conforma la ultima pieza estructural en la narración que obviamente la gente esta poco habituada.
Para el caso en final se da en un dialogo atonal, que no es contrapunto, ni altibajo de esos manejes sonoros típicos que dejan al espectador en estados emocional previamente concebido (y popularmente testeado, diría) . El "bueno" ( no juzgando desde los buenos actos , pero si "bueno", por el hecho de que el espectador inconscientemente toma partido de su lado) ha muerto sin salirse con la suya y el "malo" no paga el pato y sigue vivito y coleando caminando por la vida (ni siquiera la justicia divina, que fuerza un choque automovilistico, puede con él).

Pero el final es claro, es cerrado, o sea, no hay cabos sueltos.
La sensacion irrisoria de que el bien triunfa es lo que engaña la percepción y genera esa necesidad de decir que la historia esta inconclusa. Supongo...